Villa Casagrande está adornada por los muros Guelph y por una torre alta y maciza dentro de la cual comienza el magnífico jardín estilo italiano, que se extiende como una alfombra atravesados por callecitas grises rodeada por arboles de madera y de negros cipreses.
Se levanta en el centro una esbelta y delgada columna de piedra con cruces, que le da al lugar un aspecto místico de un claustro solitario.
La planta principal de la villa es una joya artística de valor absoluto: la espléndida sala del 1400 es un verdadero y propio museo, donde se pueden admirar pinturas de la escuela florentina, de Siena y de Umbría, así como esculturas, muebles, armaduras de un gran valor, grandes chimeneas y fregaderos del siglo XV, santuarios sagrados de las imágenes de estilo gótico y techos con decoraciones policromadas.
Una gran obra artística es notable en bajo relieve en el estuco que representa una Virgen con el Niño de Tommaso Fiamberti,cuyo original en marmol se encuentra en el Palacio Ducal de Urbino.